miércoles, 22 de agosto de 2018

1984, de George Orwell. III. El doblepiensa y la nuevalengua, el control de la mente

"Su filosofía negaba tácitamente no solo la validez de la experiencia, 
sino la propia existencia de la realidad externa. 
El sentido común era la peor herejía".
1984, George Orwell, p. 90.
       
          En la entrada anterior (aquí) hablé del término "histeria colectiva" para referirme a la opinión y a las actitudes unidas a dicha opinión, aceptada sin crítica, de la población que, al margen de su número, pertenece al grupo de los que tienen el poder.  Esta histeria consiste en creer todo lo que te cuentan porque lo hace el sistema (a través de la televisión y de los centros escolares especialmente). Una de las dichas actitudes anejas a la opinión fanática es señalar a quien no comulga; este es inmediatamente etiquetado y defenestrado de la vida social.



          En la ficción orwelliana surge esa actitud de un modo desquiciado, producto de una manipulación que se basa en Socing (la ideología oficial y única), a su vez, esta ideología tiene un fundamento epistemológico. Esta epistemología oficial del Socing está basada en un solipsismo o cartesianismo radical y colectivizado ("todo lo que existe está en nuestra mente" o "nosotros creamos la realidad en nuestra mente"), y esta postura ante el conocimiento de la realidad es la que da fundamento al "doblepiensa"; como vemos, es totalmente opuesta y está en conflicto con el materialismo o empirismo de Winston Smith, que no es muy profundo, sino que, como vimos en la entrada anterior, se basa en el sentido común, en lo que los ojos ven sin mayor interpretación que la obviedad ("los objetos caen al centro de la tierra por la gravedad"). Consiste la epistemología del Partido en creer que todo es una ilusión, que nada se puede conocer, o que el mismo mundo sensible se puede crear si nuestra mente lo crea. Ninguna ley física es válida si yo quiero creer en otra cosa. Así, la realidad (recordemos de la entrada anterior: el pasado, la historia misma) puede ser recreada sin ningún tipo de conflicto moral. El Partido controla el conocimiento, y todos los miembros del Partido, por una especie de fe inquebrantable en el Partido y asumida la epistemología oficial, cree lo que el Partido dice. En reasumir dicha epistemología consiste el proceso de reeducación de Winston; él intenta autoconvencerse con las siguientes reflexiones:

"Si él cree que se eleva flotando del suelo y al mismo tiempo yo creo que le estoy viendo flotar, es que está ocurriendo", p. 293.

"Daba por sentado que, de un modo u otro, fuera de uno mismo, había un mundo real; en el que ocurrían cosas reales. Pero ¿cómo iba a haber un mundo así? ¿Qué sabemos nosotros de nada si no está filtrado por nuestra inteligencia? Todo lo que sucede está en la imaginación. Y lo que ocurre en la imaginación de todos ocurre realmente", p. 294

          Para llegar a creer que dos más dos son cinco o que el hielo pesa más que el agua, hacía falta la capacidad del "doblepliensa". Sin ella, no se puede afirmar dichas realidades. Daba igual lo empírico, lo importante era que el Partido había dicho que dos más dos son cinco. Si todos lo creían, pasaba a ser verdad, y el Partido nunca se equivocaba.
Iakov Guminer diseñó este cartel como propaganda soviética en 1931. "Aritmética de un plan alternativo: 2+2 más el entusiasmo de los trabajadores=5". Seguramente Orwell utilizó esto como idea.
          Como dice en la novela, hacía falta ser a la vez inteligente y estúpido, y ambas capacidades eran igualmente difíciles de adquirir. Había que dar un salto en la pérdida de libertad individual para alcanzar dicho nivel de "doblepiensa". Dicho nivel era el general, el de la población. Él había sido una excepción.
          Para comprender qué es eso del "doblepiensa", citemos unas máximas del Partido, afirmaciones contundentes que se repiten bastante en el libro, sobre todo al comienzo:

LA GUERRA ES LA PAZ
LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD
LA IGNORANCIA ES LA FUERZA

Todo bien argumentado se puede justificar (en Wikipedia he visto como Russell demostró que él era el papa partiendo de la afirmación 2+2=5). La verdad del Partido se basa en la paradoja o en la contradicción. Toda afirmación válida en nuevalengua contiene una afirmación y su contraria. El objetivo de los desarrolladores de dicha lengua es que llegue al extremo dicha "capacidad" de "doblepiensa", y lo pretenden conseguir a partir de la undécima edición del diccionario de nuevalengua que durante el tiempo de la ficción está en proceso de elaboración. La miembros del partido, que siendo minoría son el verdadero pueblo, deben utilizar el "doblepiensa" continuamente, siendo capaz de afirmar a la vez una cosa y su contraria y aceptar las dos sin problemas. 
          Podemos poner ejemplo actuales, hechos reales e inconscientes que nos indican que hoy en día (y desde hace mucho) el pueblo ha actuado más de ese modo que de un modo coherente:
          -un católico es alguien que reza el Credo y cree en él. En él se afirma la creencia en la Iglesia, lo que conlleva creer en su magisterio; en caso contrario, es como creer en Santa Claus a la vez que sabes que es un ser ficticio. Ahí ya habría un caso de "doblepiensa". Si el católico lo es de verdad y acepta el magisterio de la Iglesia, debería aceptar las condenas del liberalismo y del aborto de la Iglesia; por tanto, no apoyaría ningún partido político que implemente medidas de este tipo. Ningún católico, de serlo, votaría al Partido Popular en España. El votarlo es por dos motivos: o no hay preparación católica en el votante, o no la hay política, o su individualismo le ha llevado a creer en dos cosas contrarias, a saber, que el PP es buena opción y que él mismo es católico. Y puede creer sinceramente en ambos casos. Es un caso flagrante de "doblepiensa" y muy común en España.
          -El segundo caso es el del militante progre, bienintencionado y que cree que todo el mundo es bueno por naturaleza (mentira rouseauniana que ha calado hondo en parte de la progresía), que teóricamente es tolerante con la diversidad y rechaza las actitudes machistas. Está muy bien, porque aparentemente son conceptos positivos; al menos, la sociedad (la histeria colectiva) los concibe como positivos y, por tanto, lo son, aunque no esté escrito en ningún sitio. (Para un católico, le basta con que lo diga Dios). Partiendo de esa premisa, considera que como construcción social todas las actitudes culturales son respetables y no desea imponer las suyas a personas de otras culturas. Cuando un inmigrante de una cultura totalmente diferente a la tuya y a tu ideología viene a tu tierra puedes comerte tu contradicción con patatas y seguir respetando a la otra cultura aunque sea machista (y estaría en contra de tu propia ideología) o buscas que la otra persona abandone su cultura para amoldarse a tu forma de ver el mundo. En ambos casos hay ejemplos de "doblepiensa". Si eres tolerante con las culturas, lo eres con las culturas en su totalidad, porque si sólo lo eres con lo que te gusta, lo que estás haciendo es darle el sello de calidad a los aspectos de la otra cultura que tu propia subjetividad acepta porque coincide con tu ideología. En el otro sentido, quien despreciando los aspectos machistas (u otros) de culturas ajenas las acepta, con la excusa de la tolerancia, es un hipócrita, pues estás respetando el machismo cuando teóricamente no lo respetas.
          En el epílogo del libro, de Thomas Pynchon, hay una cita a Orwell, que expresa con estas palabras esto que estoy diciendo:
Por razones más bien complejas, al revisar las primeras galeradas de 1984, casi toda la izquierda inglesa ha llegado a aceptar que el régimen ruso es "socialista", aunque reconozca calladamente que, en espíritu y en la práctica, nada tiene que ver con lo que se entiende por socialismo en este país. De ahí ha surgido una especie de forma de pensar esquizofrénica, en la que palabras como "democracia" pueden tener dos sentidos irreconciliables, y cosas como campos de concentración y las deportaciones masivas pueden estar bien y mal al mismo tiempo. P. 335.
Poco más que añadir. 
          Sin embargo, que exista el "doblepiensa" no quiere decir que seamos conscientes de ello. No lo somos. Winston Smith, en la obra, sí se da cuenta de cómo funciona y así lo describe:
Saber y no saber, tener la plena conciencia de algo que sabes que es verdad y al mismo tiempo contar mentiras cuidadosamente elaboradas, mantener a la vez dos opiniones sabiendo que son contradictorias [aquí entra los dos ejemplo desarrollados antes, el del católico pepero y el del progre] y creer en ambas, utilizar la lógica en contra de la lógica, repudiar la moralidad en nombre de la moralidad misma [esto me recuerda a los que están a favor del aborto por un supuesto derecho de la mujer a decidir sobre la vida de otro ser humano], creer que la democracia era imposible y que el Partido era el garante de la democracia [y aquí está una idea muy extendida hoy en día, es normal creer que vivimos en democracia cuando nos comparamos con dictaduras, pero a la vez considerar que no vivimos en democracia cuando nos comparamos con nosotros mismos y lo que deseamos]... p. 43.
          Vemos hoy en día cómo la gran masa de la población no se para a pensar en nuestras contradicciones diarias, incluso las considera propias del ser humano. ¿Será este convencimiento de nuestra propia hipocresía producto del esfuerzo del Sistema en hacernos creer que no merece la pena cambiar, ser consecuentes con nuestras ideas por una vez? ¿Tan peligrosos seremos contra el Poder si por una vez somos consecuentes?
          Para convertir en totalmente efectivo el "doblepiensa" se crea una lengua nueva, llamada nuevalengua en mi edición, aunque he comprobado que también se la llama neolengua. Esta lengua, se impone a nivel "estatal", dentro del Partido (los proles no la conocen). Con ella se busca reducir léxico para no pensar en lo que el Partido no quiera que se piense, pues lo que no tiene nombre no existe, y, en segundo lugar, con su organización interna, especialmente léxica, provoca que el mismo acto de hablar produzca un acto mental de "doblepiensa" simultáneamente. Así, el control mental de los miembros del Partido sería total, el objetivo último.
Al fin y al cabo, ¿qué justificación tiene una palabra que no es más que lo contrario que otra? Cualquier palabra incluye a su contraria. [...] ¿No sabes que la nuevalengua es el único idioma del mundo cuyo vocabulario se reduce cada día? [...] ¿No ves que el objetivo final de la nuevalengua es reducir el alcance del pensamiento? Al final conseguiremos que el crimen del pensamiento sea literalmente imposible, porque no habrá palabras con las que expresarlo. Todos los necesarios se expresarán exactamente con una palabra cuyo significado estará rígidamente definido y cuyos significados subsidiarios se habrán borrado y olvidado. [...] ¿Alguna vez te has parado a pensar que, en el año 2050, como muy tarde, no quedará con vida una sola persona capaz de entender una conversación como la que estamos teniendo ahora? Ps. 60 y 61. Negrita mía.
           Me recuerda también a los movimientos feministas que ya están haciendo dicha nuevalengua. Antes todos éramos chicos y chicas, ahora somos chic@s o chicxs. Es decir, dos realidades complementarias expresadas con un único término, de modo que no podamos pensar en el género humano en términos de sexo. Como vemos, la modificación de la escritura intenta crear una modificación del pensamiento. Como son palabras que no se pueden pronunciar (aunque hay propuestas de pronunciación totalmente antinormativas), se ha moldeado la semántica de la lengua para poder conseguirlo de otro modo: utilizar los términos abstractos como concretos. Así, en vez de hablar de "alumnos" se habla de "alumnado". Creando inconsistencias lógicas en el discurso. Si se extendiera este tipo de lenguaje, acabaríamos siendo incapaces de pensar como hasta ahora. El Hermano Mayor lo habría conseguido.
          Hay un momento en la novela en la que Winston se relaja durante cinco minutos y tiene miedo de que su rostro haya expresado algún tipo de hastío, inconformismo o poco entusiasmo. Eso les puede llevar a algún fanático a denunciarlo a la Policía del Pensamiento. En la entrada dedicada a dicho cuerpo de control de pensamiento, visteis un vídeo de youtube. En él se denuncia como violencia el que el camarero le ponga la fanta a la chica y la cerveza al chico. He ahí el gesto involuntario de un desafecto del sistema y pensamiento único. El camarero es un maltratador y debe ser denunciado.
          Hay una consecuencia en todo esto. Cuando se te impone una verdad machaconamente desde el sistema (colegios, televisión) y tú crees que está equivocada, pero no tienes las suficientes pruebas (no tienes el armazón intelectual adecuado para enfrentarte contra el sistema, cuando se te ha negado la otra versión), puedes llegar a dudar de todo, hasta de la verdad. Y eso ocurre con Winston en su búsqueda de la verdad: "lo que le horrorizaba era la posibilidad de estar equivocado" p. 89. Es incapaz de reconocer la verdad del pasado aunque la tenga delante. Ocurre cuando el anciano borracho en el bar le cuenta sobre el pasado y Winston no entiende nada. No ha sido preparado correctamente para poder hacer las inferencias pertinentes y poder entender lo que el anciano le dice. Hoy en día, en nuestros institutos pasa algo similar, y aquí hablo como profesor: he comprobado cómo alumnos no entendían afirmaciones fáciles por faltarles conocimiento previo que les ayudase a dar el salto de la inferencia. Esas carencias son, en muchos casos, responsabilidad del centro escolar.
          Cuando Winston lee un libro de historia ya no sabe qué creerse. Ya no sabe qué es manipulación y qué no. Y eso nos lleva al escepticismo total y a actitudes que se ven hoy en día, en que muchos ciudadanos no creen en ningún político, tampoco en los honestos, por culpa de los corruptos. No creer en una postura interpretativa de un hecho histórico (por ejemplo la Reconquista) porque lo han defendido tus oponentes ideológicos es algo muy común, como he podido comprobar recientemente al buscar información sobre Olagüe y su obra La revolución islámica en Occidente.
          El sistema necesita una masa de seguidores fanáticos (no hace falta que sean vociferantes y hagan aspavientos al debatir) que sigan a pies juntillas sus consignas y acaben denunciando al que no opine igual (sólo hay que ver en internet los enfrentamientos entre ciudadanos de opiniones contrarias). Para ello se utiliza el instituto y el colegio. Una masa de doblepensadores inconscientes, que se crean tolerantes mientras acusan al que piensa distinto. El que ama la vida pero desea la muerte del torero es una figura muy extendida en España de este tipo de fanático de la Policía del Pensamiento. Veamos qué ocurrió en pos de la "justicia" en la ficción:
la tortura como medio para obtener confesiones, el uso de rehenes y la deportación de poblaciones  enteras, no solo volvieron a ser de uso común, sino que pasaron a ser toleradas e incluso defendidas por personas que se consideraban ilustradas y progresistas. P. 218.
          Si fuera por los fanáticos españoles, en España habría pena de muerte como mínimo.

          En la próxima entrada trataremos el papel de la familia en la ficción de Orwell y lo compararemos con nuestra sociedad.


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          Para quien quiera leer algo más sobre el tema, le recomiendo esta entrada que encontré buscando imágenes (de hecho de ahí tomé una de las que tengo en esta entrada). En esta entrada hay fragmentos de un par de entrevistas a una escritora estadounidense, Beverly Eakman, que ha investigado sobre el moldeamiento del pensamiento en la escuela y el control de las mentes de los alumnos. Os dejo el enlace y una cita.

https://desmontandoababylon.wordpress.com/2017/06/23/educastrando-para-el-nuevo-orden-mundial-la-psicopolitica/



Uno de los profesores, en la primera clase de psicología educativa a la que asistía, entró y dibujó círculos concéntricos en la pizarra y puso una diana en el centro. Luego nos miró, giró sobre todos estos círculos concéntricos y dijo: “Familia, Religión, Amigos, Vecinos, Comunidad – todo eso es superfluo.”
Entonces él se tocó la espada y dijo:
“Ego – eso es lo único que importa. La primera cosa que los niños necesitan saber es que no hay tal cosa como el sentido común".
Una pena que no haya hecho referencia a 1984. Es totalmente la sociología y psicología del Socing. El individualismo total en pos del colectivismo total. Suena paradójico, pero es así. Se trata de aislarnos para servir mejor al Partido. Sobre esto, precisamente, hablaré en la siguiente entrada.

Parte I: Obviedades. Por qué no vivimos en 1984
Parte II: La Policía del Pensamiento
Parte IV: La familia. El control del amor.
Parte V: Los proles, el control de la masa.
Parte VI: Crítica final y algunas inconsistencias.

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