Arthur Koestler |
Para nosotros, está claro que Arthur Koestler quería escribir una novela que sirviera de crítica. Pero de crítica a qué. ¿Al sovietismo? ¿A los regímenes totalitaristas? ¿A las dictaduras en general? ¿A las traiciones que Stalin llevó a cabo a las ideas más ortodoxas? No tiene las mismas implicaciones la respuesta a una u a otra de las preguntas. Cuando leemos y hacemos una reflexión superficial de una novela como esta (o como 1984) tendemos a pensar que se hace una crítica a las dictaduras, y especialmente a las históricas (Unión Soviética, III Reich...). Al menos la idea general que se tiene es esa, y esto es porque todo el mundo espera que esos regímenes sean condenados y estas novelas se hicieron para ello. Pero, ¿no hablamos de que Orwell era socialista, o Koestler soviético? Habrá quien piense que estas obras muestran su desengaño, la negación de sus propias ideas. Al final, todo es o negro o blanco.
Trotski, ha sido considerado fuente para Rubachof, al igual que para Winston Smith |
--Cuando nuestra Revolución hubo triunfado entre nosotros, nosotros nos imaginamos que el resto del mundo iba a seguirnos. En lugar de esto se produjo una ola de reacción, que amenazó con tragarnos. En el partido había dos corrientes; una se componía de los aventureros, de los que querían arriesgar nuestras conquistas con el fin de fomentar la revolución en el extranjero. Usted es uno de esos. Nosotros reconocimos que esta corriente era peligrosa y la desviamos.
[...]
--El jefe del Partido -Siguió la voz de Gletkin- tenía una perspectiva más ancha y una táctica más tenaz. Él comprendió que todo dependía de nuestra capacidad de sobrevivir al período de reacción mundial y de guardar nuestro bastión. Comprendió que esto podría durar diez, tal vez veinte, tal vez cincuenta años, hasta que el mundo se encuentre maduro para una nueva ola revolucionaria. Hasta entonces, nosotros estaremos solos. Hasta entonces, no tenemos más que un solo deber: no perecer. (pág. 262)
El régimen del Número 1 había ensuciado el ideal del Estado Social, como ciertos emperadores de la Edad Media habían ensuciado el ideal de un Imperio Cristiano. El drama de la Revolución estaba envilecido. (pág. 286)
Número 1 sería trasunto de Stalin |
Por comparación, esto nos lleva a considerar que en la novela de Orwell ocurre algo similar. El objetivo del control del pueblo, no es aumentar la Justicia Social, que se esperaría de un régimen socialista, sino el mantener el propio régimen. Oceanía tiene guerras, ficticias o reales, nunca lo sabremos, con el único objetivo de sobrevivir. Controla la producción de bienes culturales, no para propagar el conocimiento, la ciencia, sino para tener al pueblo lo suficientemente satisfecho que no peligre la estabilidad de la burocracia. De igual modo lo miembros del Partido tienen la mente de los miembros del Partido totalmente controlada (y quien escapa es depurado), de modo que no hay peligro de rebelión interna. No hay mejoría en lo material ni en lo económico, solo control con el único objetivo de automantenerse. El Estado cobra vida y no hay un objetivo claro, ni siquiera para el Gran Hermano (de existir), pero sí para el propio Estado, sobrevivir. Y la crítica, nos parece, va más encaminada al modo que a la cosa en sí; pues lo que aparece verdaderamente caracterizado de un modo negativo, son las formas de expresión del Régimen. Estas formas de expresión, especialmente el control mental, y este a través de la neolengua, es lo que hace al Estado, le da existencia.
En esta entrada hemos intentado comprobar que Koestler como Orwell hacen lo mismo: criticar el ansia de sobrevivir de un régimen ya desligado del pueblo; sino utilizándolo como herramienta de supervivencia. No parece que la crítica sea contra un sistema concreto, el socialista. En la próxima entrada veremos, más bien, cómo se relacionan ambas novelas entre sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta aquí, si no te sientes mal