viernes, 3 de agosto de 2018

Narciso II. Narciso. Traducción propia.

Casi un año después, la segunda parte. La primera parte:  http://alargamientocompensatorio.blogspot.com/2017/08/narciso-y-eco-traduccion-propia.html
La tragedia de Narciso - Dalí

NARCISSUS
Había una fuente límpida, argentea de aguas nítidas,          405
a la que ni pastores ni cabras apacentadas en el monte         70
mancharan, u otra bestia; a esta, ninguna alada
ni fiera turbara, ni caída rama desde árbol.

Había grama cerca, a la que la cercana humedad alimentaba,
y el bosque con ningún sol iba a permitir que el lugar se calentase.       410
Este chaval, agotado por el esfuerzo de cazar y por la calor,                    75
se tumbó alcanzada la superficie del lugar y la fuente.
Y mientras la sed calmar desea, otra sed creció.
Y mientras bebe, de la belleza vista sobrecogido por el reflejo,
una esperanza sin materia ama: un cuerpo piensa que es lo que es agua,   415
se admira a sí mismo, y por el mismo rostro inmovilizado                             80
se paraliza, como de mármol pario [1] estatua hecha.
Ve, en el suelo echado, un doble brillo, sus ojos
tanto dignos para Baco, como dignos para Apolo los cabellos
y las impúberes mejillas y el cuello de marfil y la belleza             420
de la boca y con el blanco níveo mezclado el rubor                        85
y el conjunto admira, por el que es admirable él mismo.
Se desea sin saberlo y quien examina, él mismo es examinado
y mientras busca, se busca, y al mismo tiempo enciende y arde.
¡Vanos besos a la engañadora fuente tantas veces dio!                    425
¡Cuántas veces al cuello visto los abrazadores brazos en medio       90
de las aguas sumergió y no lo encontró en ellas!
Qué vea, desconoce: pero es inflamado por lo que ve.
Y a los ojos la misma ceguera que engaña, excita.
¡Crédulo! ¿Por qué en vano imágenes fugaces tratas de coger?                     430
Lo que buscas está en ninguna parte, lo que amas ¡apártate! lo perderás     95
Esta que ha sido reflejada, a la que miras, es la sombra de una imagen:
nada de ella tiene aquella; contigo vino y permanece,
contigo se irá, si pudieses irte tú mismo.
No a aquel de Ceres [2], no la preocupación del sueño                                  435
alejar de ahí puede, sino que en la umbrosa hierba tendido                       100
observa con los insaciables ojos la falsa figura,
y a través de sus ojos se desvanece él mismo; un poco levantado
a la espesura de alrededor alzando sus brazos,
"¿Acaso alguno, ay bosques, de modo más cruel amó?, dijo,                      440
pues también para muchos sabedores un escondrijo  favorable fuisteis   105
¿Acaso de alguien, porque de vuestra vida tantos siglos son traídos
para que se haya desecho, os acordasteis en el largo tiempo?
Me agrada y miro; pero lo que miro y agrada,
sin embargo, no hallo: tan grande error retiene al que ama.                    445
Además, más me doleré; ni un mar insuperable nos separa,                  110
ni camino ni montes ni murallas de cerradas puertas:
estoy impedido por escasa agua. Desea él mismo ser poseído,
pues cuantas veces damos besos a las cristalinas aguas líquidas
tantas veces este a mí con rostro inclinado sube.                     450
Quizás pienses que puede ser tocado: es lo más pequeño lo que a los amantes se opone      115
¡Quienquiera que seas, sal aquí! ¿Por qué te me ocultas, chico único?
¿A dónde, solicitado, te alejas? Ciertamente, ni la belleza ni la edad
mía es de lo que huyes, y me amaron incluso las ninfas.
Esperanza no sé si me queda, que con rostro amigo prometes,        455
y cuando te extendí los brazos, me los extiendes voluntariamente;  120
cuando reí, me acompañas en la risa; tus lágrimas también frecuentemente noté
cuando yo lloraba; con gesto también las señales imitas,
y cuanto con un movimiento de tu hermosa boca me figuro
devuelves palabras que no llegan a nuestros oídos.           460
Descargada de la web de Museo del Prado.

Este soy yo: comprendí, y mi propia imagen me engaña.     125
Soy inflamado por el amor hacia mí mismo, excito el fuego y lo porto.
¿Qué haré? Sea rogado ¿o acaso rogaré yo?. Sea como fuere, ¿qué rogaré?
Lo que deseo que esté conmigo: el exceso me hizo pobre.
¡Oh!, ¡ojalá pudiese separarme de nuestro cuerpo!                                      465
Deseo nuevo en un amante: ¡quisiera que lo que amamos estuviese lejos! 130
Y ya el dolor roba a los hombres y no mucho tiempo de la vida
mía queda, y en la mejor edad muero.
Y no para mí la muerte es grave, será la muerte la que aplaque los dolores.
Este, que es amado, yo quisiese que fuese más duradero.          470
Ahora, dos unidos por una sola alma, moriremos".                   135


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[1] De la isla griega de Paros.
[2] El hambre.

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