lunes, 16 de junio de 2014

Minirreseñas. El almuerzo desnudo, de William S. Borroughs. El guardián entre el centeno, J. D. Salinger.

Hago estas dos minirreseñas a la vez porque, siendo ambos libros de estética muy diversa y de un tratamiento de los temas muy diferente, como también lo fue su proceso de escritura, hay algo que los une. Quizás no de un modo reconocido, pero yo sí veo un nexo de unión: la sociedad de los años 50 en Estados Unidos.

Estoy hablando de El almuerzo desnudo, de William S. Borroughs y de El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger. Ambos libros desarrollan, creo, el mismo tema, a través de motivos que nada tienen que ver entre sí.

En el primero, a través de la corrupción humana provocada por las drogas y la depravación sexual (recordemos que llega a haber muerte como diversión sexual), nos introduce en un mundo casi etéreo en el que oímos voces y vemos espacio como únicos puntos de referencia con la realidad, el único resquicio que nos mantiene cuerdos antes la locura que es la mente del narrador. Esa locura es producto de la sociedad que nos quiere transmitir con el acontecer de sucesos, supuestamente inconexos. Una sociedad lobbies de poder que aborregan a la sociedad para su control y, sobre todo, para el propio enriquecimiento. Es, en definitiva, una sociedad, la de los 50, corrompida y disoluta, la que nos quiere mostrar Borroughs en su obra.
que tras la fachada industrial y progresista del Estado que vemos en los documentales sobre la época, se esconde agazapada en las esquinas, agarrotada y hecha un ovillo por el consumo de sustancias ilícitas, producidas y vendida por unos





Guillermo chutándose heroina. Fuente
http://www.kpbs.org/news/2011/feb/24/independent-lens-william-s-burroughs-man-within/

En la obra de Salinger, nos encontramos la misma sociedad, pero reflejada de un modo mucho más sutil. Esto ocurre porque queda todo casi ocultado por la historia del protagonista. Un protagonista que ha de enfrentarse a dicha sociedad de la que no se siente parte (al menos inconscientemente). La mentira, la violencia gratuita, de nuevo la depravación sexual están presentes en las confesiones de un adolescente valiente y liberal con los demás, un "demás" a los que odia en lo más profundo de su ser porque no deja de ser una sociedad corrupta y prisionera de unas cadenas invisibles y autoimpuestas que el ni comprende, ni quiere comprender y, además, no está dispuesto a soportar. De trasfondo, quizás como verdadero tema, la sociedad a la que se enfrenta, la misma sociedad de Borroughs, aunque dibujado con otro material y con otra perspectiva, pero la misma sociedad.


En definitiva, a pesar de la diferencia que hay entre una y otra, ha sido muy provechoso para mí leer de un modo seguido ambas obras.


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